Foto: Uno de dos
Para disponer de una auténtica mesa dulce propiamente dicha, tenemos que preparar unas cuantas opciones como cupcakes, cakepops, galletas creativas, bizcochitos, donuts con toppings especiales y un montón de deliciosas ideas más. Pero seguro que esto no se te ha ocurrido antes y es una idea fantástica, muy original y… ¡está riquísima! ¡Unas galletas con algodón de azúcar! ¿Cómo no se nos ha ocurrido antes? Pues gracias a Uno de dos, tenemos la guía para hacer estas galletas, pero, sobre todo… ¡para disfrutarlas!
Nubes de algodón de azúcar en galletas
Ingredientes:
En principio, los mismos que para unas galletas de mantequilla.
- 100 g de mantequilla (temperatura ambiente)
- 65 g de azúcar glas
- 1 huevo mediano
- 275 g de harina de repostería
- 1 pizca de sal
- Vainilla (o esencia de vainilla)
- Molde de nube (varios tamaños)
Lo que sería diferente son estos dos:
- Glasa real o chocolate blanco
- Algodón de azúcar
Foto: Uno de dos
Lo primero que haremos, como siempre, frente a una receta de galletas es… ¡encender el horno! Lo precalentamos y nos ponemos a mezclar los ingredientes. Primero los secos por un lado y luego los húmedos por otro. Poco a poco, los mezclamos hasta tener una masa homogénea, sin grumitos. Estiramos la masa sobre una superficie limpia y plana y procedemos a cortar las nubes con el molde. Si no lo tenemos, un cuchillo muy afilado podría servirnos.
Foto: Uno de dos
Para que el algodón de azúcar se pegue a la galleta, vamos a usar la glasa real, pero el chocolate blanco también es una buena opción. No podemos ponerlo muy caliente, pero tampoco frío; hay que buscar ese punto medio para que el algodón se pegue. Poco a poco y sin toquetear mucho, distribuimos el algodón de azúcar y… ¡listo!
Foto: Uno de dos
Recuerda que en los climas húmedos el algodón de azúcar se desinfla, así que para mayor seguridad mejor decorar lo más tarde posible y presentar enseguida. ¿Qué os ha parecido esta idea? Es genial para una fiesta de bebés y niños pequeños porque estas galletas son muy tiernas.
Fuente: Uno de dos