Una fiesta personalizada con muchas, muchas ideas para una cumpleañera cocinillas a la que le encanta embadurnase de harina y hornear dulces. No se merecía menos! Prestad atención, porque esta fiesta es, cuanto menos, visualmente deliciosa.
Lo primero que llama la atención es el enorme fondo diseñado como la fachada de una pastelería que podríamos encontrar en New York. Y claro, como se trata de una pastelería, tenían que poner nada menos que cuatro tartas sobre la mesa. Y vaya tartas! A cuál más original y apetecible, de esas que quieres comer y conservar en una vitrina al mismo tiempo. Una de ellas con un toque de oro comestible que simplemente es una joya.
Las etiquetas están supertrabajadas y personalizadas para la ocasión. Incluso se han montado una zona reservada para que los invitados pudieran hacerse sus propias decoraciones al gusto! Hablamos de cupcakes a los que se podía añadir diferentes toppings y sabores. Muy divertido y adecuado para la temática.
Los cupcakes ya preparados venían con unos rodillos en miniatura y, no os lo perdáis, una receta en miniatura de un postre! A las imágenes me remito.
Y bueno, una pizarra negra con el stock disponible, precios incluidos. Y es que hay que decir que en esta mesa dulce los dulces son los protagonistas absolutos. Todo apetecible, bien dispuesto, en tamaño mini y perfectamente envuelto o dispuesto sobre la mesa. Y más con ese toque de las bandejas de madera, junto con las exitosas cucharas de madera, que te transportan a los métodos tradicionales para la elaboración de los dulces. He podido ver mis favoritos, unos donuts rosas brillantes con sprinkles e incluso rosquillas azucaradas.
Si unimos a eso el packaging de cartulina reciclada en la que los invitados pudieron llevarse sus elaboraciónes a casa -que envidia por cierto-, el resultado no podía ser más redondo.