
Lo curioso es que sobre la plantilla elegida se trabaja al revés: la cara boca abajo será la que finalmente veamos. Por eso se empieza marcando los trazos del contorno del pelo, las cejas, etc. La técnica exige el uso de varios tipos de chocolate, para disponer de diferentes colores con los que marcar matices, base, etc. Y la herramienta es una bolsa transparente (de las de congelación), a la que cortamos una esquina para que nos sirva de manga pastelera.
No os perdáis la explicación de la técnica paso a paso en el tutorial de Las Manualidades.