Una tarta-sorpresa: la perrita Lulú con dulces ingredientes…
Esta divertida tarta de cumpleaños representa lo que antes se denominaba una perrita Lulú. Puesta sobre ese mantel tan vintage, parece un revival de los años 70, cuando las artistas salían fumando un cigarrillo con boquilla, largos guantes por encima del codo y una perrita como ésta en el regazo.
No sé exactamente de qué raza se trata, aunque sospecho que es un caniche enano: antes les rapaban el cuerpo dejándoles sólo algunos mechones ensortijados en la peluquería canina (ahora diríamos spa…) y sus dueñas (a menudo, mujeres) les tejían diminutos jerseys de punto para el invierno y les ponían lazitos en el pelo. ¡Mmmm, qué divertido! Me recuerda a mi infancia, cuando echaban esa serie de la perrita Marilyn, con esa entrañable abuelita de pelo blanco tan anglosajona, y creo que viajaban en un globo aerostático… ¡Lo dicho, totalmente setentero y kitsch!
Pues bien, no tengo la receta, pero no me parece que componer el perrito-tarta sea complicado. Es más, te animo a que pruebes a hacerlo. Basta con cocinar sendas tartas bastante planas en moldes rectangulares, y situarlas sobre la bandeja contrapeadas. Cuatro palitos de regaliz o de esos con pica-pica que comen los niños te valdrán para las patitas, otro para el rabo y uno más para la boca. Para el ojo… Mmmm… ¿Qué tal abrir una galleta oreo y situarla ahí, con un conguito encima? Los ricitos puedes imitarlos con coco rallado o comprar huevo hilado (ahora lo hay en paquetes en los supermercados). También se me ocurre que puedes comprar una tableta de chocolate blanco y hacer ralladura pasando un cuchillo por encima como raspándolo…
¡Te quedará muy graciosa y a tu peque le encantará!
Vía: Ohdeedoh