Foto: One Perfect Day
A todos los peques del mundo, exactamente a todos, les encantan las manualidades. ¿Por qué? No es ningún misterio. Si tienes la suerte de poder jugar con niños, verás que las manualidades suponen para ellos retos divertidos que quieren enfrentar para superarse a sí mismos y mejorar en muchos aspectos. Las manualidades infantiles tienen mucho más jugo del que creemos, ya que pensamos que son solo un juego, pero no. Esconden muchos beneficios que no se ven a simple vista.
Por ejemplo, las manualidades recicladas son estupendas para desafiar la creatividad y si además es una manualidad de animales, ¡les encantará!. ¿Alguno de vosotros pensaba que una cáscara de nuez podía convertirse en un ratoncito tan adorable? Seguro que no. ¡Y es una idea estupenda! Estos ratoncitos son perfectos para jugar en cualquier parte y para decorar espacios infantiles. ¿Quieres saber cómo se hacen?
Manualidades para Educar en Reciclaje
Necesitaremos los siguientes materiales:
- Varias cáscaras de nueces (enteras)
- Pegamento
- Tijeras
- Fieltro
- Rotulador permanente negro
Si también quieres hacer los barquitos que se ven al fondo, necesitarás:
- Cáscaras de nueces también
- Cera
- Un palillo
- Tijeras
- Papel de colores
- Pegamento o celo
Foto: One Perfect Day
Para hacer los ratoncitos reciclados: con las cáscaras de nueces partidas a la mitad, tendrás el cuerpo de los ratones. Pinta un punto negro en el extremo más estrecho y luego los ojos encima. Con eso tendrás la carita del ratón. Ahora coge el fieltro y di recorta las orejas y la cola. Para hacer las orejas puedes usar una plantilla si crees que te van a salir mal, pero tienen forma de gota y es relativamente fácil. Ahora solo tienes que pegarlas a la cáscara… ¡y listo!
Para hacer los barquitos: también vamos a usar las mitades de la cáscara de nuez. Rellena el interior con cera derretida, prepara banderas recortándolas de trozos de papel de colores y pégalas en un palillo. Cuando estén listas, solo tienes que clavarla en la cera que ya se habrá endurecido.
Fuente: One Perfect Day