Lo primero será pintarles una cara sobre la superficie del huevo y dejarla secar. Un par de puntos bastarán, y si os queréis arriesgar con unos bigotes, mejor. Una vez impresos los recortables de la plantilla, doblad la orejitas por la base y pegarlas en la parte superior del huevo. Enrollar la parte que será el cuerpo en forma de tubo y pegarlo para que quede cerrado. Las piernas también hay que doblarlas dos veces, una para ocultarlas bajo el tubo-cuerpo de cartón y otra vez a la altura de las rodillas, para que de ese efecto de que están sentadas cuando se las coloca en una balda o estantería. Ya sólo queda pegar el huevo al tubo de cartón con pegamento que lo fije bien y pegar las “piernas” al interior del cilindro.

¿Lo tienes? Podéis hacer más e ir aumentando el número de amiguitos para que las estanterías y las mesas no se queden tan tristes en esta fiesta. Como dicen en inglés, the more, the merrier.

Los huevos de plásticos, si os decidís a usar de este tipo, tienen la ventaja de que no caducan y pueden constituirse como una decoración estacional muy duradera. Y si se os da muy bien hacerlos, también pueden quedarse haciendo compañía a los demás juguetes el resto del año. Además de los conejos, también se pueden idear otros animales como los osos, por poner sólo un ejemplo. La pose también se la podéis cambiar. Con las piernas abiertas, cruzadas, largas, gordas. Quién iba a decir que algo tan sencillo podía ser tan versátil.

Ya veis que el nivel de dificultad es cero. Y si no encontrais huevos de plástico, no celebrais la Pascua o símplemente os ha encantado este tutorial, siempre se podeís recurrir a las pelotas de ping pong.

Este es un tutorial de Mer Mag vía Minted.com