Foto: Salty Canary
¿Tenéis botellas por casa? ¿Os han sobrado un par y están en vuestro centro de reciclaje esperando a llevarlas al contenedor amarillo? Pues rescatadlas ya mismo, que vamos a hacer una manualidad que seguro que os gusta mucho, sobre todo a los peques, y vamos a matar dos pájaros de un tiro: nos pasamos una tarde muy divertida y encima reciclamos, que eso siempre nos viene muy bien. Con las botellas de plástico vamos a hacer unos hermosísimos maceteros con forma de gato. ¡En serio!
Cómo hacer maceteros con botellas de plástico
Foto: Salty Canary
Los materiales principales para nuestro macetero reciclado con botellas son:
- Botellas de plástico, efectivamente, una para cada macetero
- Unas tijeras para recortar con la forma felina
- Pintura en spray para que sea más cómodo
- Un rotulador negro permanente para los detalles
- Gravilla
- Un par de plantas que quieran una nueva casa
Foto: Salty Canary
Además de ser muy bonita, esta manualidad con botellas de plástico es relativamente fácil de conseguir. ¿Cómo empezamos? Pues podemos dibujar con el rotulador negro en la botella la silueta del gato. Las dos claves para conseguir al minino son las orejas puntiagudas y un rabo largo que esté extendido hacia arriba. Una vez está marcada la silueta, podemos proceder a recortar con las tijeras nuestro animalito.
Foto: Salty Canary
Evidentemente nuestra botella estará muy limpia y la habremos dejado secar, ¿verdad? Ahora que ya la tenemos recortada, toca pintarla por dentro. La pintura en aerosol nos ayudará a ir más rápido y podemos darle dos pasadas. Cuando se haya secado, podemos completar los detalles gatunos con un rotulador negro: bigotes, nariz y ojos son esenciales, pero si quieres algo más profesional hazle rayas al gato y no olvides repasar sus orejas.
Foto: Salty Canary
Luego solo tienes que mudar las plantas a su nuevo hogar y… ¡listo! Tendrás dos curiosos maceteros con forma de gato para decorar cualquier parte de tu casa y habrás hecho una preciosa manualidad reciclada enseñando al peque que las cosas tienen una segunda vida 🙂
Fuene: Salty Canary