Antes de empezar este post os diré que el cumple es de Clara, la hija de la dueña de la conocida tienda «Holamama Shop»… ¡Y con eso está todo dicho! Con las manos increíbles de Paula y las preciosidades de su tienda es lógico que la fiesta «Mary Poppins» de Clara sea así de genial…
Sólo con decir el nombre de nombre de esta niñera se me viene la música de la película a la cabeza, y lo mismo me pasa cuando veo los colores rojos y blancos alineados tal y como aparecen en el vestuario que luce la actriz en las escenas importantes de la película. Es por eso por lo que puedo decir que el coqueto diseño de esta fiesta infantil engancha. Aunque sólo sea por eso.
Desde luego, el puestecito es para llevárselo puesto! Hay un montón de detalles inigualables como el tejadillo rojiblanco y el cartel del carrusel con sus caballos de feria. Como espacio de juego, un clásico de diez! A escala infantil, infalible!
La celebración era para una niña de cinco años, y como inspiración sirvió la escena del parque de la película. Que por qué? Pues porque la primavera y el verano invitan a ello y porque los diseños limpios y claros son geniales tanto para niños como para mayores.
Como leitmotiv sirvieron unas cometas en rojos y blancos que volaban libres sobre la tarta y en el fondo de la mesa de dulces. Permitidme que os muestre la delicia de estas invitaciones -irrechazables- de cielo azul y dobladas sobre sí mismas para ahorrarse el sobre. La etiqueta con el perfil de Mary y el lazo a rayas, me encanta! Muy efectista y sencillo, nunca me cansaré de combinaciones similares. Un diseño original que guardaba en su interior más pistas sobre la fiesta y una entrada al parque canjeable por dulces en el puesto de cartón que veréis más abajo.
Pero no os creáis que la cosa empezaba y acababa ahí, la mesa de postres no se quedaba atrás. Destacando a un lado, una jaula típica del idealizado principio del siglo XX. Una excusa para meter dentro parte de la flora de un parque como el de la película, y cuya atmósfera también se vislumbra en forma de las verdes hojas que enmarcan la mesa de dulces. Una manualidad sencilla que da sus frutos! El tul blanco de fondo le queda ideal y le aporta delicadeza. La gran cometa rayada, las puntitas de madera de la vaya de un parque…se le da también un cierto aire a My fair lady.
En el centro de la mesa, si os fijáis, han tenido el acierto de incluir manzanas de caramelo rojo! Un postre tradicional de ferias y parque para hacer la boca agua a los invitados. Igual que el efecto que produce la tarta de fondant blanco y que, por lo menos a mí, me recuerda al sombrero de Mary Poppins. Coronada con las tres mini cometas, un ejemplo de que a la decoración de tartas le queda todavía mucho tirón. Por cierto, que te enseñamos a hacer la tuya propia aquí.
También veo que la cantidad de dulces es la justa para evitar luego dolores de tripita y empalagamiento masivo, lo mismo que los dispensadores de chuches. En pocas palabras…¡ quién fuera otra vez niño para poder disfrutar de estas maravillas!
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