El amor es un sentimiento que enriquece y hace que la vida sea mucho más bonita y agradable, pero también es cierto que generalmente no encontramos a nuestra media naranja a la primera, sino que tenemos que buscar hasta encontrar a aquel hombre o mujer que realmente nos hace la vida más especial, y en este sentido, el amor puede llegar en cualquier momento, y es que incluso es posible enamorarse en un cumpleaños.

 

El amor puede aparecer donde menos te lo esperas

Desde las páginas de citas hasta el lugar donde trabajamos, son muchos los sitios donde tenemos la posibilidad de encontrar a la persona amada.

Si bien es cierto que muchas de estas aventuras comienzan simplemente con la idea de pasarlo bien y conocer a gente nueva, la realidad nos demuestra que, en un elevado porcentaje de casos, al final tenemos la suerte de poder encontrar a aquella persona con la que nos compenetramos, que sentimos que realmente forma parte de nuestras vidas, y que nos ayudan a enriquecerla día tras día.

Esa sensación tan especial que muchos definen como mariposas en el estómago, y todos hemos conocido al menos en un momento de nuestras vidas, un sentimiento fuerte que además se pueden presentar a cualquier edad, ya que a menudo asociamos el encontrar a la persona perfecta durante la juventud, pero la realidad también nos ha dejado muy claro que muchas veces con la edad conseguimos un mayor acierto, puesto que hemos madurado, nos conocemos mejor y sabemos con mayor claridad lo que buscamos en la otra persona que queremos que nos acompañe en nuestras vidas.

En definitiva, enamorarse a los 20, a los 30, Amor40, a los 50, 60… no sólo es posible sino que se trata de una realidad que os recomendamos experimentar sin miedo.

Enamorarse en un cumpleaños, una historia con final feliz

Era el cumpleaños de un buen amigo, y aunque al principio no tenía intención de acudir porque estaba soltero y había perdido en cierto modo las ganas de fiesta, al final entre varios me animaron a levantarme y disfrutar de este evento tan especial para todo el grupo.

Lo que nunca había imaginado es que ese día llegaría a conocer a la persona que me acompañaría durante el resto de mi vida, una chica sencilla, con una gran sonrisa y además tenía un fantástico sentido del humor, lo que hacía que resultase atractiva para prácticamente cualquier hombre.

Mi idea de que el amor era tan sólo una patraña que nos llevaba a ser infelices, pronto cambiaría desde ese día, desde ese instante en el que mis ojos se cruzaron con los suyos, desde ese momento en el que, algo dentro de mí, me decía que esa era la chica de mis sueños, mi media naranja y mi verdadero amor.

Armándome de valor decidí acercarme a donde ella se encontraba, ya que en ese momento estaba sola y pensativa, por lo que me presenté y al rato ya estábamos hablando como si nos conociéramos de toda la vida, como si ésta no fuese la primera vez que nos vemos.

Compartimos algunas vivencias que resultaron importantes, divertidas o incluso relevantes en nuestras vidas, y mientras lo hacíamos, yo era consciente de que las nuevas experiencias muy probablemente iban a ser vividas juntos, cogidos de la mano y con los altibajos que tiene la vida, pero siempre con un amor fuerte y duradero.

Cuando salimos de esa fiesta, intercambiamos los números de teléfono y volví a mi casa con la completa seguridad de que enamorarse en un cumpleaños es una experiencia real y a la que agradezco que me haya permitido conocer a la mujer de mi vida.