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Preparar una primera comunión puede parecer complicado, pero con un poco de imaginación y paciencia os aseguro que podéis hacer cosas estupendas. Tenemos muchísima inspiración por la red de la cual os podéis beneficiar y además hoy os traigo el resultado de la que preparé hace unos días para mi hija y sobrina, por si os puede ayudar.

Al pensar en el estilo que le iba a dar, decidí recurrir nuevamente al aire Shabby Chic, cargado de romanticismo, flores y tonos pastel. A las niñas les encanta, y a las madres más 🙂

La celebración estuvo presidida por una gran mesa dulce que combinaba tres gamas de colores, rosa, blanco y verde. Combinamos telas de cuadros y telas de flores, mezclando distintos tipos de cintas, todo para conseguir un efecto alegre y coordinado.

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Las chuches y dulces que elegimos para la mesa fueron cuidadosamente seleccionados, para que encajasen bien en la gama de colores elegidos.

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Incorporamos a la mesa los recordatorios y también los obsequios para los invitados: unas medallas de virgencitas mexicanas y unos lápices personalizados con los nombres de nuestras niñas protagonistas y la fecha de la comunión.

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Las chuches las colocamos en varios tipos de recipientes, eso sí, cuidando que tanto sus adornos, como sus colores, estuviesen perfectamente coordinados con el resto de los detalles. Recurrimos al “tuneo” de botes de zinc en tono blanco y rosa, así como a bandejitas y unas cajas de madera de pino natural, que pintamos en casa con pintura en los dos colores protagonistas.

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Añadimos, además, dos jardineras en las cuales pusimos flores de nube, como si se tratase de un jardín… la verdad es que le dieron un toque especial a la mesa y a los niños les encantó llevárselas para casa de recuerdo.

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También incorporamos como adornos dos casitas de pájaro de pino pintadas, y las dos iniciales de las niñas de la comunión, decoradas con washi tape para esa ocasión 🙂

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En el frontal de la mesa, una banderola con la imagen de las muñecas de comunión y dos grandes lazos de tul para sujetarla. Bajo ella, un cesto con las bolsas que preparamos para que los niños se llevasen para casa sus chuches y regalos, y unas bolas de nido de abeja como toque final…

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Frente a la mesa dulce, un rincón de dedicatorias en el cual colocamos unos tarjetones con las muñequitas de la comunión para que los invitados pudiesen dejar sus mensajes a las niñas. No sabéis qué éxito tuvo este detalle y lo bien que lo pasaron escribiendo sus mensajes y dejándolos en el buzón…

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Una forma estupenda de terminar la fiesta y de mantenerla en la memoria para siempre: solo basta con leer todos los mensajes y enseguida nos transportaremos de nuevo a aquél día tan estupendo!

¿Os ha gustado? Espero que sí y que os de alguna idea para que podáis preparar por vosotros mismos vuestras primeras comuniones, ya veréis qué divertido es y qué satisfacción os da…

Un beso y ¡hasta otro día!